Esta semana he tenido la vuelta al trabajo después de la baja por paternidad. Volver a la rutina de coger el coche y pegarte 8 horas ( más una hora más o menos de trayecto) fuera de casa para ir a trabajar. Es duro porque estas 9 horas sin tu mujer ni tu hijo. Pero ahora las cosas las ves desde otro punto de vista.
Lo bueno y lo malo de la vuelta al trabajo
Lo bueno de volver es la gente que te pregunta que tal ha ido y ves con el corazón que se preocupan de verdad. Te piden fotos y tú todo orgulloso vas enseñando las que tienes en el móvil y se te cae la baba… Luego hay compañeros que te hacen detalles. Gracias de verdad a todos que no era necesario (os debo unos pasteles)
También ves gente que ni te preguntan y compruebas como es realmente, pero bueno, siempre hay gente tóxica a tu alrededor. Siempre hay cosas que te van a disgustar y momentos que te vas a cabrear, pero hay que pensar que cuando terminas la jornada, te esta esperando en tu casa tu mujer y tu hijo. Y no hay nada mejor en el mundo por lo que te olvidas de todo lo demás.
Empezar una nueva rutina
Ahora hay una nueva rutina. Hay que estar atentos a las necesidades de Leo y hay que esperar que Leo se acostumbre a unos hábitos. Aún es muy pequeño. Por ahora, no sabes cuanto va a tardar entre toma y toma y no sabes cuanto tiempo va a tardar en dormirse. Es verdad que tenemos suerte, porque Leo se está comportando muy bien. Sólo llora cuando tiene hambre o le duele la tripita. Lo que peor que llevo es cuando le dan los ataques de hipo. Ya nos dijo el pediatra que es algo normal y que es bueno para el niño pero lo veo tan pequeño… (Típicos miedos de padre primerizos, algo que nos ha pasado a todos supongo)
Estamos entrando poco a poco en una nueva organización en la que lo principal es Leo. Ahora todo gira alrededor de nuestro campeón (que ya tiene tres semanas) y todo me parece maravilloso. Os dejo que se ha despertado Leo.
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